PAM481

MEDICAMENTOS EN ESPAÑA

Gefapixant en tos crónica

desepitelización de la mucosa de las vías aéreas. La es timulación de las fibras C produce, asimismo, bronco constricción y secreción de moco, y, por tanto, evocan y refuerzan el reflejo tusígeno. Las fibras aferentes tienen sus somas neuronales en los ganglios yugular (recibe mayoritariamente la informa ción sensorial procedente de fibras C) y nodoso (mayo ría de aferencias de fibras A δ ) y de ahí integran sus afe rencias en el denominado “ centro de la tos ”, situado en el bulbo raquídeo o tronco cerebral, de cuya compleja red neuronal (núcleos del tracto solitario y paratrigemi nal) emanan vías eferentes (nervio laríngeo recurrente, nervios espinales) que articulan una respuesta muscu lar compleja (músculos espiratorios torácicos y abdo minales, glotis, broncoconstricción) que conforman el acto reflejo de la tos bien aislado o bien reiterado en forma de “acceso de tos” o tos paroxística. No hay que olvidar que la tos también se puede estimu lar voluntariamente, de manera consciente y conductual, en un control que se ejerce desde la corteza cerebral como nivel superior mandatorio sobre el acto reflejo articulado en el tronco cerebral.

Los potenciales de acción generados acceden a las vías aferentes principales sobre todo a través del nervio vago (X par craneal), pero también, en parte, por los nervios trigémino, glosofaríngeo y laríngeo supe rior. Existen, al menos, dos tipos de fibras sensoriales vagales: i) fibras mielinizadas, de conducción rápida, tipo A δ , de bajo umbral mecanosensor (mecanorre ceptores) o “receptores de adaptación rápida”, pero que también pueden activarse por cambios de pH y osmolaridad, considerados como los receptores de la tos “primarios”; y ii) fibras análogas a las somatosenso riales nociceptivas, de alto umbral mecanosensor (poco sensibles a estímulos tensionales), algunas conductoras de potenciales en el rango A δ , pero otras son fibras no mielinizadas, tipo C, de conducción lenta (<1 m/s), con quimiorreceptores sensibles a estímulos químicos (protones, osmolaridad), a mediadores inflamatorios (bradicinina, sustancia P, péptido relacionado con el gen de la calcitonina [CGRP], neurocinina A [NKA]) y a los agonistas de los receptores vaniloides tipo 1 (TRPV1) como capsaicina. Las terminales sensoriales de estas fibras C suelen situarse en la proximidad de la capa de células epiteliales de las vías aéreas, lo que facilita su activación por estímulos externos, sobre todo, si existe

nar, agudización de asma o EPOC e insuficiencia cardiaca congesti va. La tos aguda no complicada es tratada con frecuencia con antitu sivos como codeína, cloperastina o dextrometorfano (quizá las opciones más empleadas y conocidas) y suele desaparecer espontáneamente con la extinción de su causa. • La tos subaguda es la que tiene una duración mayor de 3 o 4 semanas, pero inferior a 8 semanas; general mente es posterior a una infección o surge como continuidad de una agudización de asma o EPOC o una bronquitis eosinofílica. • La tos crónica es la que dura más de 8 semanas y donde la medicación antitusiva estándar suele fracasar en su control. Tiene como causas más comunes: i) patologías prevalentes como el asma y la EPOC; ii) la enfer medad por reflujo gastroesofágico (ERGE); iii) el síndrome de rinitis y goteo retronasal (tos asociada a

expectoración y usualmente requiere tratamiento farmacológico supresor. Por otro lado, se han establecido cla sificaciones según su predominio a lo largo del día (matutina o vespertina) o el sonido emitido (por ejemplo, la tos “perruna” característica de la laringitis, o la tos “coqueluchoide” de la tosferi na), pero ha sido la clasificación de la tos en función de su duración la que ha probado mayor utilidad en su diag nóstico y tratamiento, siendo la base de las recomendaciones terapéuticas desarrolladas a nivel mundial. Esta clasificación distingue 3 tipos: • La tos aguda tiene una duración menor de 3 semanas (en pediatría se acepta hasta 4 semanas) y suele estar relacionada con virosis del tracto respiratorio superior (como la gripe y el resfriado común o catarro), con la sinusitis bacteriana aguda o con la tos ferina, aunque también aparece en patologías más graves como neumonía, embolismo pulmo

Algunos factores de riesgo hacen más frecuente la presencia de tos, tales como el tabaquismo, el sexo femenino (por aumento de la sensibilidad al re flejo tusígeno), la edad (es más común de 0 a 4 años de vida), la estacionalidad (la tos se asocia a infecciones virales, más comunes en épocas de frío) o la presencia de alérgenos (por ejemplo, polen o epitelio de animales). Sea como fuere, la tos no es una entidad única y homogénea, sino que se distinguen distintas formas clínicas según varios criterios. Respecto a su carácter expulsivo o su contenido, se diferencia entre: a) tos productiva , la que se acompaña de expectoración con esputo y que, se acepta, no se debe intentar suprimir con antitusivos, especialmente en estados hipersecre tores como la EPOC con bronquitis crónica/bronquiectasias, por el au mento de riesgo de obstrucción bron quial e infecciones respiratorias en vías aéreas bajas; y b) la tos seca , irritativa o no productiva, que no se acompaña de

194

Made with FlippingBook Digital Publishing Software