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MEDICAMENTOS EN ESPAÑA

Rezafungina en candidiasis invasiva

su presencia es determinante para el crecimiento y la división celular, de modo que se comprende que la inhibición de su síntesis por las equinocandinas determina la muerte de las células fúngicas. Todas las equinocandinas se administran por vía intravenosa. Caspofungina, mi cafungina y anidulafungina se deben administrar una vez al día. • Anfotericina B : actúa alterando la membrana celular del hongo por unión al ergosterol, lo que se tradu ce en un aumento de la permeabi lidad, que debilita sus defensas. Es una alternativa de segunda línea en pacientes con infecciones refracta rias o intolerantes a equinocandi nas. Se prefiere el uso de la forma liposomal por su mejor tolerabilidad y menor riesgo de toxicidad, una limitación importante en el uso de este fármaco. Se administra por vía intravenosa en una pauta diaria. • Azólicos : interfieren en la síntesis de lípidos de la membrana celu lar, especialmente del ergosterol. Estructuralmente se dividen en dos grupos, triazólicos e imidazó licos. Los triazólicos muestran una potencia mayor y un espectro anti fúngico notablemente más amplio que los imidazólicos. • Triazólicos: se emplean principal mente el fluconazol y el voriconazol, ya que el itraconazol es eficaz, pero los resultados son variables y es susceptible de provocar importantes interacciones farmacológicas con otros medicamentos. La eficacia de fluconazol y voriconazol en cuadros fúngicos invasivos diversos, junto con su farmacocinética que per mite la administración oral tras las primeras dosis de choque por vía intravenosa, les convierte en anti micóticos útiles en estos cuadros, si bien se consideran como segunda línea de tratamiento tras fracaso o intolerancia a las equinocandinas. No se recomienda su uso en pa cientes neutropénicos debido a que suele haber presencia de especies de hongos distintas a C. albicans

articulación y a las meninges por vía hematógena, en ambos casos puede producirse infección invasora por traumatismo o postquirúrgica. Las personas que enfrentan mayor riesgo de contraer candidemia in cluyen bebés con bajo peso al nacer, pacientes quirúrgicos y aquellos cuyos sistemas inmunes son deficientes. La identificación de Candida spp. en hemocultivos de pacientes críticos implica un pronóstico particularmente adverso. En pacientes críticos, la mor talidad puede llegar al 85 %, mientras que la de pacientes quirúrgicos es notablemente inferior. La candidiasis diseminada aguda pue de implicar una infección simultánea por siembra hematógena de varios órganos a distancia: microabscesos hepáticos, cerebrales, renales, esplé nicos y pulmonares. La presentación clínica abarca desde la fiebre aislada hasta el desarrollo del síndrome de disfunción multiorgánica. Los ais lamientos multifocales constituyen probablemente la forma más fre cuente de presentación de la infec ción invasiva en pacientes críticos. Debido a la gravedad de las infeccio nes invasivas por especies de Candida , su tratamiento se lleva a cabo en el ámbito hospitalario. Hasta ahora, los fármacos disponibles para el trata miento de las candidiasis invasivas son los siguientes: • Equinocandinas: caspofungina, micafungina y anidulafungina . Se consideran la primera línea de tratamiento de la candidemia (Cor nely et al ., 2025). Actúan inhibiendo selectiva e irreversiblemente la enzima 1,3-ß-D-glucano sintasa, indispensable para la síntesis del 1,3-ß-D-glucano. Este homopoli sacárido es un componente esen cial para la integridad de la pared celular de la mayoría de los hongos patógenos, pero está ausente en la membrana de las células anima les (incluyendo las humanas). El 1,3-ß-D-glucano provee de estabi lidad osmótica a la pared celular y

deprimidos por tumores hematológi cos malignos, los pacientes trasplan tados y pacientes que han recibido tratamiento inmunosupresor, en muchos hospitales el mayor número de episodios de candidemia ocurre en pacientes críticos. La infección invasora focal se produce en muchos casos por la diseminación a través de la sangre (siembra hema tógena), aunque puede desarrollarse por alteraciones locales de la anatomía que permiten su entrada y asiento o bien por la presencia de cuerpos extraños, como sondas o prótesis. En este sentido, Candida albicans es una de las causas más frecuentes de infec ción urinaria en pacientes críticos; por otro lado, y debido a que Candida spp. es un componente de la microbiota del tracto digestivo, puede formar parte de la etiología de prácticamente cualquier tipo de infección abdominal. Así, es frecuente la identificación de C. albicans en peritonitis secunda rias polimicrobianas por dehiscencia de suturas intestinales. Igualmente, causan infección del tejido necrótico pancreático, frecuentemente polimi crobiana, y de abscesos pancreáticos en pacientes con pancreatitis aguda grave; también se han descrito infec ciones de la vía y de la vesícula biliar. Se calcula que en el 10 % al 20 % de los episodios de candidemia se pro duce siembra ocular, con un riesgo creciente a medida que la infección avanza sin tratamiento. En pacientes con candidiasis diseminada y endof talmitis se observan cifras de morta lidad entre el 70 % y el 80 %. Por otra parte, existen presentaciones de en doftalmitis por Candida spp. invasoras focales que no son hematógenas sino consecuencia de sobreinfección tras cirugía o traumatismo ocular. La neumonía por Candida spp. es muy infrecuente en pacientes críticos no neutropénicos. Tam bién pueden identificarse especies de Candida en cultivos de líquido articular o líquido cefalorraquídeo, lo que es sinónimo de infección. Aun que el microorganismo accede a la

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