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MEDICAMENTOS EN ESPAÑA

Etrasimod en colitis ulcerosa

Colitis Ulcerosa) o mMS ( Modified Mayo Score o Puntuación Mayo Modificada), que consideran diversas variables como son los síntomas clínicos, los estudios de laboratorio y la evaluación endoscó pica. La puntuación mMS, por ejemplo, permite estimar la gravedad de la colitis ulcerosa en base a 3 ítems –frecuencia en las deposiciones, sangrado rectal y valoración por endoscopia–, que se pun túan de 0 (normal) a 3 (mayor gravedad o intensidad en cada elemento), de manera que la puntuación total puede variar de 0 a 9, considerándose habitualmente las puntuaciones totales superiores a 7 como indicativas de enfermedad grave. Los objetivos terapéuticos para la enfermedad inflamatoria intestinal en general consisten en inducir o mantener la remisión de las agudizaciones o brotes (eliminando los síntomas y minimizan do los efectos colaterales y los eventos adversos a largo plazo), curar la mucosa y evitar complicaciones (por ejemplo, fístulas o estenosis, o minimizar el riesgo de lesiones malignas a largo plazo), me jorar y mantener la calidad de vida para favorecer la integración social y laboral (pues sobre todo afecta a adultos entre 30 y 40 años), limitar o eliminar el uso de corticosteroides, evitar la hospitalización y la cirugía (sobre todo, colectomía 4 o re sección de colon) y restaurar y mantener la nutrición. Se acepta que los pacientes con brotes graves deben ser hospitaliza dos 5 porque suelen requerir tratamiento intravenoso, pudiendo el resto recibir tratamiento ambulatorio. Dado que la etiología de la EII sigue siendo poco conocida, el tratamiento farmacológico ha ido evolucionando de forma empírica, aunque con una clara dirección sobre el sustrato inflamatorio intestinal. Para ello, se ha ido recu rriendo históricamente a los fármacos antiinflamatorios disponibles en cada momento, aprovechando la experiencia clínica de uso, pero cuando el trata miento farmacológico no permite un adecuado control es preciso recurrir a la cirugía para corregir el problema.

de estenosis. En las colitis izquierdas, el riesgo de cáncer comienza a incremen tarse a partir de los 15 años de dura ción; sin embargo, en las proctitis es similar al de la población general. Comparativamente, las complicaciones digestivas de la colitis ulcerosa y de la enfermedad de Crohn difieren. Son raras o incluso inexistentes la estenosis, las fístulas y los abscesos en la colitis ulcerosa, mientras que son frecuentes en la enfermedad de Crohn; también es mu cho más frecuente la patología anal en la enfermedad de Crohn (50-80 %) que en la colitis ulcerosa (3-5 %), mientras que es menos frecuente en la enfermedad de Crohn la incidencia de perforación digestiva (1-2 % vs. 3-5 %). Las formas clínicas posibles de la colitis ulcerosa se clasifican habitualmente por el tipo de presentación y evolución: la forma aguda-fulminante, que supo ne un 5-10 % de los casos, implica un primer brote grave que requiere cirugía; la crónica-intermitente, con periodos de actividad intercalados con remisio nes, representa el 60-75 % de los casos; y la forma crónica-continua, en la que la actividad inflamatoria no remite, se manifiesta en el 10-15 % de los casos. En ocasiones, también se clasifica de acuerdo con su grado de actividad (leve, moderada o grave) o a la extensión anatómica (proctitis/proctosigmoiditis, colitis izquierda o pancolitis), aspectos ambos que pueden variar durante la evolución de la enfermedad, siendo fre cuente la extensión desde los segmentos distales hacia los proximales. Esto hace que siempre que la evolución clínica o la respuesta al tratamiento no sean las es peradas se deba realizar una colonosco pia con biopsias para confirmar el grado y extensión de la afectación. Con el objetivo de determinar el grado de actividad y la gravedad de la enfer medad se han desarrollado diversas herramientas, como UCEIS ( Ulcerative Colitis Endoscopic Index of Severity o Índice Endoscópico de Gravedad de la

matoria cuyos niveles se encuentran incrementados en pacientes con EII. Tanto la IL-12 como la IL-23 comparten una subunidad (p40) que interacciona o bien con la subunidad p19 (propia de la IL-23) o con p35 (propia de IL-12), acti vando la vía de señalización JAK/STAT y promueven la diferenciación de linfoci tos T a los subtipos Th1 y Th17. Estas son vías centrales del proceso inflamatorio. En general, los síntomas de la colitis ulcerosa se correlacionan con la ex tensión anatómica y la actividad de la inflamación de la mucosa del colon: sangrado o moco rectal (90-100 %), dolores abdominales (60-65 %), diarrea (60 %), pérdida de peso (de > 3 kg en el 25-30 %), fiebre, tenesmo y anemia. Se consideran signos de gravedad: fiebre elevada, afectación del estado gene ral, retraso del crecimiento, distensión abdominal, timpanismo y dolor a la palpación abdominal. Puede manifes tarse como una colitis fulminante con más de 6 deposiciones al día, con sangre abundante, anemia, hipoalbuminemia, alteraciones hidroelectrolíticas, fiebre y taquicardia. El abdomen puede estar dis tendido y doloroso a la palpación. Estas formas pueden evolucionar a megacolon tóxico con dilatación colónica superior a 6 cm asociada a cuadro séptico, gran distensión y dolor abdominal. Tanto la colitis grave como el megacolon tóxico presentan un alto riesgo de perforación, sepsis y hemorragia masiva. La complicación más grave y frecuente en la colitis ulcerosa de larga evolución es el cáncer . En este sentido, se estima que el riesgo medio de desarrollar cáncer colorrectal en la colitis ulcerosa varía entre el 1 % y el 3 %, siendo los principales determinantes la duración de la enfermedad y la extensión de la colitis: riesgo máximo en los pacientes con pancolitis de más de 8-10 años de duración y aumenta en un 1 % anual desde ese momento. También parecen influir la edad de comienzo (cuanto más joven, mayor riesgo), la actividad cróni ca continuada y la presencia de zonas

5 Se estima que, a lo largo de la evolución de la enfermedad, casi un tercio de los pa cientes (20-30 %) requieren hospitalización por un brote grave, calculándose un riesgo de presentar nuevos brotes pasados 10 años desde el diagnóstico del 70-80 %, y del 50 % para la hospitalización.

4 La cirugía con colectomía se asocia a una morbilidad significativa, por lo que se reserva a casos de colitis aguda fulminante o casos resistentes, así como para tratamiento preven tivo de cáncer en pacientes con displasia de alto grado.

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