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VACUNAS
Vacunas
Rosario Cáceres Fernández-Bolaños Farmacéutica. Departamento Técnico. RICOF Sevilla. Email: rosariocaceres@redfarma.org.
EL SARAMPIÓN VUELVE: LA FARMACIA COMO PRIMERA LÍNEA DE DEFENSA https://doi.org/10.63105/49.484.10 El sarampión, aunque prevenible mediante vacunación y potencialmen te erradicable, continúa siendo un reto para la salud pública con brotes recientes incluso en países con alta cobertura vacunal. En este artículo revisamos los aspectos clínicos esen ciales de la enfermedad, analizamos las posibles causas que desencadenan los últimos brotes, revisamos las vacunas disponibles en España y exploramos nuevas estrategias de administración, como los parches de microagujas. Por último veremos los aspectos clave a recordar acerca de nuestro papel como farmacéuticos en la prevención, detección precoz y educación sanitaria frente al sarampión. CLÍNICA Y EPIDEMIOLOGÍA DEL SARAMPIÓN El sarampión es una infección causada por un morbillivirus de la familia Pa ramyxoviridae . La transmisión del virus ocurre a través de gotitas expulsadas o suspendidas en el aire, aerosoles o por contacto directo con las secreciones nasales o faríngeas de personas infec tadas. El virus del sarampión puede permanecer viable en el aire o en su perficies hasta dos horas, por lo que la transmisión podría ocurrir en personas que no hubieran estado en contacto directo con un caso, pero que hubieran estado en un espacio en el que previa mente hubiera permanecido una perso na contagiosa (SVEA, 2025). El periodo de incubación es de unos diez días.
cuatro días, son fiebre, tos, rinorrea, conjuntivitis y a veces, un enante ma patognomónico, conocido como manchas de Koplik (CAV-AEP, 2025). Estas manchas son como granos blancos con fondo rojizo que aparecen en la mucosa bucal, en la cara interna de las mejillas, y son muy útiles para un diagnóstico precoz de la infección. Esta primera fase se da por finalizada cuando aparece un exantema mácu lo-papuloso que comienza por la cara y posteriormente se generaliza; dura entre 4 y 7 días y a veces termina con una descamación. La erupción del sarampión se diferencia de la de la varicela en que las lesiones de sa rampión son de un rojo intenso, muy cercanas unas de otras (a veces conflu yen), no producen vesículas ni costra y no pican o pican muy poco . Observar si existen manchas de Koplik en la mucosa también ayuda en el diagnós tico diferencial. El virus se expulsa a través de las secreciones respirato rias desde 4 días antes hasta 4 días después de la aparición del exantema (CAV-AEP, 2025). Las complicaciones del sarampión pueden ser consecuencia de la propia infección vírica o de una sobreinfec ción bacteriana, y son las siguientes: otitis media, laringotraqueobron quitis, neumonía, diarrea y ceguera, más frecuentes en niños pequeños. En aproximadamente 1 de cada 1000 casos aparece una encefalitis aguda , que puede ser grave y dejar secuelas neurológicas; en 1 de cada 100 000 casos puede desarrollarse, al cabo de unos años, una panencefalitis escle rosante subaguda que es degenerativa y mortal. Una de cada 3000 perso nas que padecen sarampión fallecen. Además de las infecciones bacterianas, el sarampión es la puerta de entrada a otras infecciones porque deprime el sistema inmunitario durante meses, de
forma que varios estudios demuestran que existe un exceso de muertes por otras causas asociadas al sarampión (CAV-AEP, 2025). Los niños pequeños con malnutrición y los pacientes con inmunodeficiencias presentan un ma yor riesgo de complicaciones graves. Los menores de 5 años, sobre todo los menores de 1 año, presentan mayor incidencia de complicaciones, aunque los lactantes pueden estar protegidos hasta los 6-9 meses de edad depen diendo de la cantidad de anticuerpos transferidos por vía transplacentaria (SVEA, 2025). La vacuna contra el sarampión co menzó a administrarse en 1963. En España, aunque se empezó a vacunar en algunas Comunidades Autónomas desde 1970, la vacunación sistemática no se inició a nivel nacional hasta 1978. En 1981 se sustituyó por la vacunación con triple vírica (TV) frente a saram pión, parotiditis y rubeola (Ministerio de Sanidad, 2025). Antes de la vacu na, fallecían en el mundo entre 2 y 4 millones de personas al año, sobre todo niños. Tras la introducción de la vacuna, la mortalidad descendió rápi damente hasta casi desaparecer, pero desde el año 2010 se ha observado un aumento progresivo de casos debido a las insuficientes coberturas vacunales, que alcanzó su máximo en 2019, con casi 200 000 muertes. Después llegó la pandemia y debido a las medidas de aislamiento, los casos descendieron de forma drástica, pero tras el fin del confinamiento y la vuelta a la vida nor mal, el aumento de casos ha retomado su ascenso (CAV-AEP, 2025). En 2023 se notificaron más de 10,3 millones de casos en el mundo, con un incremento del 20 % respecto a 2022. En Europa en 2024 se notificaron 127 406 casos, con Rumanía declarando epidemia nacional, y en España se notificaron 55 casos en 2023 y 227 casos en 2024. En
Los primeros síntomas, que duran como norma general entre dos y
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