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PLANTAS MEDICINALES

Plantas medicinales con propiedades antisépticas urinarias

Varios estudios han confirmado que la presunta eficacia del arándano rojo para prevenir las infecciones urina rias se relaciona con sus propiedades antiadherentes. Como es sabido, E. coli , la causa más común de infecciones urinarias, presenta fimbrias que sobre salen de su superficie y que producen dos adhesinas (sensible a la manosa y resistente a la manosa) que se unen a receptores en las células uroepiteliales. Zafriri et al . identificaron dos com puestos en arándanos que inhiben las adhesinas de E. coli . Uno es la fructosa, que inhibe las adhesinas fimbriales sensibles a la manosa; el otro es un compuesto polimérico de alto peso molecular que inhibe las adhesinas re sistentes a la manosa de E. coli uropa tógena, denominado “proantocianidi na”. Así, las proantocianidinas impiden que las bacterias E.coli patógenas (con fimbrias de tipo A), responsables del 85 % de las infecciones sintomáticas del tracto urinario, se adhieran al tejido de células uroepiteliales (Howell et al . 1998). Efectivamente, estudios reali zados sobre las infecciones del tracto urinario han observado que la activi dad antimicrobiana del arándano se debe especialmente a las proantocia nidinas tipo A (PAC-A), interviniendo también antocianinas, flavonoides y ácidos fenólicos. Las proantocianidinas tipo A alteran las interacciones entre las bacterias y las superficies mucosas, evitando su colonización, modifican do la conformación de las adhesinas bacterianas o bloqueando directamen te los sitios de unión, lo que impide la adhesión de las bacterias a las células del tracto urinario (Liu et al ., 2006; Saravia et al ., 2025). Según estudios publicados reciente mente (Scharft et al ., 2020), el efecto antiadherente del extracto de arán dano no puede atribuirse a un solo compuesto o a una sola fracción; así, las flavonas no glicosiladas y los flavo noles con sustituyentes voluminosos del anillo B contribuyen a la actividad antiadherente mediante la inhibición de la interacción mediada por FimH (dominio recombinante de reconoci miento de carbohidratos) con el epitelio

Desde tiempos remotos los arándanos se han utilizado para diversas dolen cias, entre ellas, trastornos sanguíneos, problemas estomacales y hepáticos o fiebre. Ya en la década de 1880, médicos alemanes observaron que la excreción urinaria de ácido hipúrico aumentaba después de la ingestión de arándanos. En 1914, Blatherwick (Blatherwick, 1914) publicó un artículo que mostraba que los arándanos son ricos en ácido benzoico, componente que se excreta en la orina como ácido hipúrico. Ello dio lugar a que durante mucho tiempo las propiedades del jugo de aránda no fueron atribuidas a la excreción urinaria de este compuesto, que es un agente bacteriostático con potencial de acidificar la orina (Moen, 1962). Unos años más tarde, Blatherwick y Long observaron la reducción en el nivel de pH urinario (6,4–4,5) con un aumento concomitante en la excreción de ácido hipúrico (0,77–4,74 g) después de que los sujetos consumieran 350 g de arán danos. Estudios posteriores realizados a finales del siglo XX encontraron que la ingesta de ciertas cantidades de jugo de arándano (450–1400 ml al día) reducían el pH urinario (Nahata et al ., 1981; Jackson et al ., 1997), demostrando que el ácido hipúrico era bacteriostáti co a una concentración mínima de 0,02 mmol/l a pH 5,0. Hoy en día, se sabe que la baja cantidad de ácido benzoico que contiene (< 0,1 % del peso), rara vez resulta en la excreción suficiente de ácido hipúrico necesaria para alcanzar concentraciones urinarias bacterios táticas. Así pues, en el efecto protector del tracto urinario están involucrados otros mecanismos. Como se ha comentado anteriormente, la adherencia de uropatógenos a las células uroepiteliales es el paso inicial en la patogénesis de la ITU (Lowe et al ., 2001). Schmidt y Sobota, en 1984, sugirieron por primera vez que “los beneficios reportados derivados del uso de jugo de arándano podrían estar rela cionados con su capacidad para inhibir la adherencia bacteriana”, comproban do que el jugo de arándano reducía la adherencia (> 75 %) en un porcentaje superior al 60 % en pacientes con ITU por E. coli (Schmidt et al ., 1982).

cos. Entre los compuestos bioactivos más relevantes se encuentran las proantocianidinas; entre ellas, las identificadas son mayoritariamente oligómeros y polímeros de epicate quina y epigalocatequina con uno o más enlaces interflavano de tipo A (PACs-A). Contiene, asimismo, antocia nósidos (3-O-galactósidos y 3-O-ara binósidos del cianidol y del peonidol). También contiene en gran cantidad antocianinas, entre las que destacan la cianidina, peonidina y delfinidina, responsables del color rojo intenso del fruto. Además, se han identificado flavonoles como quercetina, miricetina y kaempferol, así como diversos ácidos fenólicos (ácido benzoico, cumárico, cafeico y ferúlico). El perfil lipídico del fruto incluye ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico y oleico, junto con terpenos como el ácido ursólico y derivados. Asimismo, el arándano rojo contiene pectinas, fibras dietéticas, azúcares simples (glucosa, fructosa) y pequeñas cantidades de vitaminas hidrosolubles, especialmente el ácido ascórbico, también conocido como vitamina C (Blumberg et al ., 2013). El zumo natural se caracteriza por un alto contenido en agua (aproximada mente entre el 85 % y 90 %), azúcares (glucosa y fructosa), ácidos orgánicos, como el ácido benzoico y el ácido cítrico, además de otros componentes (pequeñas cantidades de fibra, minera les -como potasio- y pigmentos que le dan su característico color rojo) y, por supuesto, antioxidantes (proantociani dinas tipo A, flavonoides, antocianinas y vitamina C). Los frutos de V. macrocarpon son am pliamente utilizados por sus propie dades beneficiosas en problemas del tracto urinario. Su uso más reconocido es en la prevención de infecciones uri narias recurrentes, sobre todo en mu jeres. Además, se ha demostrado que también posee propiedades antioxi dantes, antiinflamatorias, antiadheren tes y vasoprotectoras, asociadas a los compuestos fenólicos y flavonoides. ACTIVIDAD FARMACOLÓGICA

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